Sorprendentes
coincidencias
Cuando Sergio Valor me
llamó para contarme su iniciativa y a participar en ella, me puse contento.
Por varios motivos, me parece que es imprescindible hacer un esfuerzo para
poder aportar mi humilde grano de arena a esta “Quijotada” de Sergio en
tiempos de angustia y desazón, en los que muchos tienden a encerrarse, ajustarse
y “atender su juego”. Me siento también agradecido por haber sido convocado
y espero que logremos con el tiempo romper la barrera de prejuicios que
muchas veces separan a los guitarristas por el sólo hecho de dedicarse al
mismo instrumento aunque a diverso género.
Ya que uno de los objetivos es éste, el de proponer espacios en común para
conocernos más entre guitarristas de distinto género y tipos de guitarras,
comienzo por un punto en común de todas las guitarras de todos los estilos:
El Cifrado. Los instrumentos antecesores de la guitarra “española” o “clásica”
desde siempre fueron utilizados para cantar y acompañarse. Y si bien ya
desde antes encontramos manuscritos de letras con inscripciones que daban
a entender que posición de dedos iba en tal sílaba, es con la aparición
de la imprenta que los cifrados toman popularidad... hasta nuestros días.
Desde mediados del 1400 datan los abundantes escritos en los que la gente
aprendía a colocar tonos o a hacer punteos. En aquella época, la variedad
de instrumentos era inmensa, porque no estaba industrializada la fabricación
de nada, ni de un par de medias, de manera que en cada zona habría luthiers
que tendrían su estilo no sólo en los diversos tamaños de instrumento sino
también hasta en la cantidad de cuerdas. Naturalmente la afinación también
variaba, y así uno se encuentra con que la vihuela se podía afinar de Mi,
o en La o en Sol... según como fuera la tesitura (registro grave y agudo)
de la canción. Otro punto de sorprendente coincidencia es el uso del plectro
(hoy llamado púa).
Antes de usar los dedos pulgar, índice, medio y anular de la mano derecha,
la mayoría de los ejecutantes se valía de su púa, con los mismos gráficos
para indicar si toca al bajar o al subir que los del Violín y los demás
instrumentos de cuerda frotada. El “cuadradito” n y la V significan originalmente
la diferencia entre tiempos “nobles” o más fuertes y otros “viles” o más
débiles. Esta notación se usa hasta hoy en las tablaturas para guitarra
eléctrica y también en Violín, Viola, Violonchelo y Contrabajo. A partir
de la próxima entrega iré ejemplificando con música en tablatura y en pentagrama
algunos fragmentos de música de aquella época y veremos que hay cosas semejantes
con otros tantos pasajes de músicos de la actualidad. No creo en la división
entre tipos de música sino entre música auténtica y de la otra. Cuando el
que la hace pone todo de sí, se nota.
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