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Llamado
“el padre del movimiento moderno de guitarra clásica”, Andrés Segovia
nació el 21 de febrero de 1893 en Linares, España. Llevó a la guitarra
a niveles de popularidad y, a la vez, respeto, que hacen decir a muchos
que, sin su esfuerzo, la guitarra clásica sería todavía un instrumento
de baja categoría, para ser tocado en los bares por campesinos y gitanos.
Segovia comenzó a tocar la guitarra a los 4 años y dio su primer concierto
en Granada, a los 16 años, pese a la oposición de sus padres, quienes
deseaban que se expresara en un “verdadero” instrumento (Su padre,
abogado, llegó a romperle cuatro guitarras para sacarle la idea de
la cabeza). Hizo su debut profesional cuatro años después en Madrid,
tratando de convencer con su técnica a los que decían que la guitarra
no era capaz de trasmitir una verdadera expresión clásica. Para él,
el problema residía en que el sonido de la guitarra no podía llenar
adecuadamente un auditorio. Solucionó el problema experimentando con
nuevas maderas y diseños, que aumentaran la amplificación natural
del instrumento. A partir de la Segunda Guerra Mundial, aprobó el
uso, adoptándolo él mismo, de las cuerdas de nylon, lo que ayudó a
producir tonos más consistentes y un sonido más amplio, habiéndose
negado siempre a amplificar el sonido natural de la guitarra. Después
de su gira por Sudamérica en 1919, y su debut en París (1924), Moscú
(1926) y Nueva York en 1928, comenzó a atraer audiencias masivas,
y compositores como Heitor Villa-Lobos comenzaron a escribir piezas
originales específicamente para guitarra. Él mismo comenzó a transcribir
músicas clásicas de otros instrumentos a la guitarra, con piezas notables
como la adaptación de la Chaconne de Bach y muchas otras obras originales
de clavicordio y laúd. Además de sus conciertos y grabaciones, Segovia
dedicó mucho de su tiempo a tratar de elevar a la guitarra en la consideración
artística. Como él mismo escribiera, “he dedicado mi vida a cuatro
tareas esenciales, la primera: separar la guitarra del mero entretenimiento
folclórico y vacío de contenido, la segunda: hacer conocer la belleza
de la guitarra por todos los públicos del mundo, la tercera, influenciar
a las autoridades de conservatorios, academias y universidades para
que incluyan a la guitarra en los programas de instrucción, del mismo
modo que el violín, el cello y el piano, y la cuarta, tratar de crear
un repertorio de gran calidad, con obras que posean valor musical
en sí mismas, y que provengan de la pluma de compositores acostumbrados
a escribir para orquesta, piano y violín”. Cultivaba el repertorio
de sus predecesores españoles, y acertó a aglutinar sus técnicas,
hasta entonces irreconciliables: Dionisio Aguado pulsaba las cuerdas
con las uñas, mientras que Fernando Sor y Francisco Tárrega usaban
las yemas de los dedos. Segovia comprendió que, para obtener toda
la gama de sonoridades que la guitarra escondía, no podía limitarse
a una o a otra técnica, sino combinarlas. Segovia continuó hasta el
final activo como concertista – su última aparición pública fue en
Miami la primavera de 1987. El 3 de Junio de 1987, Andrés Segovia
moría en Madrid.
Discografía
Centenary
Celebration- Complete 1949 London Recordings - EMI Recodings Volumes
1 and 2- Guitar Recitals- Poet of the Guitar- Recital Intimo Segovia
Collection: ( Bach, Ponce, Rodrigo, Torroba, My Favorite Works, Purcell,
Scarlatti, Handel, Bach, Frescobaldi , Five Centuries of the Spanish
Guitar ,Ponce, Guitar Etudes, Castelnuovo Tecesco - Romantic Guitar)
- Serenata -Short Spanish Pieces- Maestro, Maestro (Mis mejores interpretaciones).
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